Apr 19

Y también: una película de supervivencia (tras cruzar la frontera).

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Emilio Doménech and Anita Pereyra

19 de abril | Madrid

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Imagen creada por Midjourney a partir de la descripción ‘A painting of a U.S. Border Patrol agent, is peaking through the U.S.-Mexico border wall’

🏜️ Crisis… ¿permanente?

Lo importante. La administración del presidente estadounidense Joe Biden sigue acumulando críticas sobre su gestión de la crisis en la frontera con México, donde los récords de entrada de migrantes podrían volver a ser noticia a partir del 11 de mayo.

Ese día, termina la medida conocida como Título 42 que podría abrir la veda a nuevas olas de migrantes que intentan entrar en Estados Unidos desde México.

Contexto. Cuando asumió la presidencia en 2021, Biden dijo que quería lograr la aprobación en el Capitolio de una reforma migratoria integral que repare el régimen federal de inmigración, uno repleto de burocracia innecesaria, limitaciones aleatorias y cuellos de botella legales extensísimos.

De hecho, arreglarlo ha sido un objetivo prioritario de varias administraciones, pero las cámaras legislativas han sido incapaces de alcanzar un consenso que contente al ejecutivo.
Gobiernos como el de Biden tampoco están cumpliendo sus promesas. La Casa Blanca se ha quedado muy lejos de cumplir con el cupo de refugiados que se puso como propósito admitir el año pasado, según analizó USA Today.

Los ataques contra la Casa Blanca en ese frente son más descarnados y constantes desde la derecha, pero políticos demócratas y grupos de derechos humanos también han reprobado a Biden.

Explícamelo. En el último año, la crisis migratoria había alcanzado niveles preocupantes, especialmente para los gobiernos de ciudades y estados fronterizos.

La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos realizó más de 2,2 millones de detenciones en la frontera con México durante el año fiscal 2022, que finalizó el septiembre pasado.
Se trata de la mayor cantidad registrada en la historia del país en materia de detenciones fronterizas, lo que ha abrumado a los centros de procesamiento de migrantes.

¿Y ahora? Casi 600.000 migrantes que cruzaron la frontera hacia Estados Unidos desde marzo de 2021 han sido puestos en libertad en el país sin documentos ni fecha para comparecer ante los tribunales para resolver sus solicitudes de asilo, según datos obtenidos por NBC News el pasado febrero.

La falta de documentación y de cita judicial deja a estos migrantes sin fecha en la corte para determinar si pueden permanecer legalmente en el país.
Mientras esperan alguna señal para aclarar su situación de residencia, estos migrantes no pueden trabajar de forma legal y muchos ni siquiera saben que solo tienen un año para solicitar asilo antes de perder la elegibilidad para hacerlo.

En esta newsletter, queremos indagar en por qué hay una crisis en la frontera, qué políticas la han permitido y qué implicaciones tienen esas políticas sobre los migrantes que llegan a Estados Unidos buscando una vida mejor.

🛂 Una frontera porosa

Desde 2020, decenas de miles de los migrantes que viajan solos e intentan cruzar la frontera son atrapados por la Patrulla Fronteriza y devueltos rápidamente a México bajo el Título 42.

Emitido durante la administración de Trump, el Título 42 originalmente fue una medida de emergencia para detener la propagación de COVID-19.
Pero tres años después del inicio de la crisis sanitaria en el país, y con la enfermedad en estado endémico, el Título 42 sigue en vigencia.

La administración de Biden ha seguido usando el Título 42 para limitar la llegada de migrantes, especialmente después de que aumentaran de forma considerable las entradas tras jurar como presidente.

Ese aumento se debía en parte a que los traficantes de personas desinformaron sobre supuestas políticas migratorias más complacientes que en realidad nunca se pusieron en marcha.
De hecho, Biden mantuvo en marcha el Título 42, a veces ayudado por cortes judiciales de tendencia conservadora que impidieron su finiquito.

En la frontera, los funcionarios se han valido estos años del Título 42 como herramienta legal para expulsar a algunos migrantes de regreso a sus países de origen.

En concreto, solo a los que viajan desde México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Brasil y, mas recientemente, Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela.
Con Colombia, India o Rusia, naciones desde las que provienen miles de los migrantes detenidos en la frontera en los últimos meses, Estados Unidos tiene problemas logísticos o carece de un acuerdo diplomático para devolverlos allí.

James Dobbins y Miriam Jordan escribían hace unos meses en The New York Times por qué haber incluido a cubanos o nicaragüenses en las expulsiones bajo el Título 42 ha tenido tanto éxito:

«Probablemente no sea casualidad que los aumentos más pronunciados se hayan producido entre los migrantes no sujetos al Título 42. Hubo un aumento de casi un 2.000 por ciento en el número de colombianos encontrados durante [el año fiscal 2022] en comparación con el año fiscal anterior; los indios aumentaron en un 607 por ciento; ~~los cubanos, en un 471 por ciento;~~ los rusos, en un 430 por ciento; ~~y los nicaragüenses, en un 227 por ciento~~».

En estados fronterizos como Texas y Arizona, el Título 42 es un recurso ampliamente usado para rechazar rápidamente a los migrantes, incluyendo aquellos que buscan asilo.

Pero esos estados dejarán de poder usar el Título 42 porque la emergencia de salud pública declarada con la pandemia terminará el 11 de mayo.
El miedo de esas administraciones es que el final del Título 42 genere un nuevo efecto llamada y abrume todavía más a las autoridades fronterizas.

🗂️ Un sistema imposible

Antes de la pandemia, los buscadores de asilo podían permanecer en Estados Unidos mientras se resolvían sus casos en un sistema judicial de inmigración saturado.

En ese periodo de espera, los solicitantes de asilo son elegibles para pedir permisos de trabajo siempre que asistan a audiencias judiciales y otros controles de inmigración.
Miles de ellos han permanecido y trabajado en el país durante años, pero si no se presentan a sus audiencias o pierden sus casos, corren el riesgo de ser deportados.

Con el aumento de la inmigración ilegal, el número de menores no acompañados que ingresaron a Estados Unidos en 2022 se triplicó con respecto al número registrado en 2016.

Esos menores se han convertido en el eje de una economía de explotación en Estados Unidos, donde hay empresas y particulares que se aprovechan de la desesperación económica con la que llegan desde sus países de origen.
Una mayoría de niños migrantes arriban desde Centroamérica, sin padres y en cantidades récord, lo que permite que acaben explotados con la complicidad de la inacción gubernamental, según una investigación de The New York Times.

La Casa Blanca ha aumentado la presión a los empleados para que los niños sean rápidamente reubicados en hogares fuera de los refugios, pero los trabajadores sociales denuncian que no se investiga lo suficiente a estos tutores antes de concederles la custodia.

⚠️ Estados gobernados por republicanos han relajado leyes de trabajo infantil para permitir que menores de entre 14 y 16 años puedan desempeñar trabajos que antes no podían.

🔭 Mirando al futuro

En los últimos meses, las detenciones de migrantes en la frontera han descendido con respecto a las cifras de récord de los últimos años.

Entre marzo de 2022 y marzo de 2023, las autoridades han detenido a un 23 por ciento menos de migrantes que estaban intentando ingresar en el país de forma ilegal.
El aumento de entradas ilegales entre febrero y marzo, que suele aumentar conforme llega el buen tiempo primaveral, tampoco ha sido tan agudo como otros años.

Pero ante el fin del Título 42 y el miedo a un repunte, la administración de Biden ya ha propuesto una iniciativa alternativa que activará este mayo para devolver con diligencia a los migrantes que:

O no hayan pedido protección a otro país de camino a Estados Unidos, como México o Guatemala.
O no hayan avisado a las autoridades fronterizas estadounidenses de sus planes de solicitar asilo a través de una app que lleva dando problemas desde enero.

Además, la Casa Blanca ha puesto en marcha varios planes que incluyen:

Cooperación con socios internacionales y ONG.
Un aumento de los recursos en la frontera, que necesita apoyo republicano.
La pausa de una reforma que habría aligerado las concesiones de asilo.
Y el inicio de un programa piloto para que los migrantes sean entrevistados sobre «miedos creíbles» cuando todavía estén bajo custodia de la Guardia Fronteriza.

Si Biden evita el repunte posterior al fin del Título 42, los republicanos tendrán pocos espacios para seguir atacando a la Casa Blanca por ese flanco.

Pero eso no quita que la izquierda y los grupos proinmigración estén siendo especialmente críticos con las medidas de la administración.
Ni tampoco que el fin del Título 42 vaya a ser aprovechado por traficantes de personas para propagar desinformación y alentar otra oleada de migrantes hacia la frontera sur.

«A estas alturas, no puedo ver la diferencia entre las políticas de inmigración de Biden y las políticas de inmigración de Trump», dijo un funcionario de asilo en una entrevista con CNN este abril.

Más información en CNN.

🎬 Una recomendación

Con la colaboración de Filmin
Por Emilio Doménech

Los lobos es una película mexicana de 2019 dirigida por Samuel Kishi. Ganó el Gran premio del jurado en la sección de cine para todos los públicos del Festival de Berlín de su año. Sigue la historia de una madre y sus dos hijos de 8 y 5 años que cruzan la frontera de México para pasar a EE.UU. y asentarse en Albuquerque, New Mexico.

El cruce ilegal nunca se menciona de forma explícita, pero es evidente cuando la película muestra las dificultades que la madre, Lucía, tiene para encontrar una casa donde vivir o trabajos donde acepten sus documentos falsificados.

La excepcionalidad de Los lobos tiene dos facetas. Una, la más evidente, tiene que ver con que cuenta una parte de la historia de la inmigración en EE.UU. que vemos menos a menudo en el cine mexicano.

Filmes como la tremenda La jaula de oro relatan todo el complicado viaje de sus protagonistas hasta cruzar la frontera, pero después apenas se pasan unos minutos retratando cómo el inmigrante se adapta a su nueva vida en EE.UU.
En cambio, Los lobos se centra en ese primer tramo de adaptación en el que el nuevo idioma, la estabilidad económica y la hostilidad sociocultural convierten el primer sueño de cruzar la frontera en una cuesta difícil de superar.

La segunda faceta, y la más difícil, es convertir esa historia tan de documental en un drama contado a través de los ojos de unos niños que se mueren de aburrimiento encerrados entre las cuatro paredes de su nueva habitación. Ahí la película es un logro cargado de sensibilidad.